Y vos… ¿Erras o fracasas?
En el lenguaje coloquial a veces confundimos error y, fracaso.
Es muy interesante la visión ontológica, dado que, el uso de fracaso suele marcar el final del camino, frente al error que nos permite nuevas oportunidades.
Trabajamos con los errores y aprendemos de ellos. Esto no quiere decir que lo busquemos, sino que nos podemos aprovechar de ellos, son una oportunidad.
El fracaso llega cuando lo que ha sucedido, además del sabor de la derrota, nada nos deja. El fracasado no es aquel que colecciona un fracaso tras otro, tampoco el que acaba de fracasar. Fracasado es un adjetivo (etiqueta) que tiene connotaciones que van mucho más allá.
Decir que alguien es un fracasado o pensar que somos unos fracasados impregna al ente, al ser. Pasa a formar parte de la naturaleza del ente, del ser. Por lo tanto hablaríamos de algo inmutable.
Un error se convierte en un fracaso cuando se repite varias veces sin aprender de él.
¿Qué nuevas formas de observar tu historia aparecen cuando te posicionas desde el intento… la oportunidad?¿Y si cambiamos la forma de conversarnos? ¿De conversar con otros?
Hablar de errores, nos abre espacios de posibilidad… De poder observar-nos dispuestos a generar cambios, mutables.